Convertido en uno de los grandes showman de estos tiempos, Sam Smith apareció en escena vestido totalmente de negro, con chaqueta de charreteras brillantes, anteojos de sol y una barba tupida que remataba con sus bigotes en forma de mostachos.
Nada de un comienzo efusivo.
Eligió temas de medio tempo, casi lentos, como para ir calentando motores y garganta.
Aunque el modo coral que lo caracteriza, y el tono gospel estuvo presente desde el principio, con temas como “I’m Not the Only One” y con sus nítidos y precisos agudos.
“Si la saben, cántela”, dijo de este tema que ya tiene una década en su repertorio..